Resumen
La consulta por pérdida de cabello es bastante frecuente, y merece atención porque puede ser muy estresante para el paciente. Un simple examen permitirá, en la mayoría de los casos, definir su origen y tranquilizar al paciente en cuanto a su probable evolución. El examen debe tener en cuenta los antecedentes médicos, quirúrgicos, ginecológicos, dietéticos y los hábitos cosméticos. Estos elementos deben complementarse con un examen clínico para definir la pérdida como difusa o localizada y, en el último caso, descartar cicatriz. El examen clínico se asociará con un tricograma y en ciertos casos con una biopsia. Además, la sangre puede analizarse para descartar procesos metabólicos y hormonales. Finalmente, los tratamientos ya administrados deben conocerse para identificar los efectos beneficiosos y secundarios, que permitirán la definición de un nuevo tratamiento, si es necesario.
El objetivo de este trabajo es conocer los diferentes métodos auxiliares de diagnóstico para la alopecia con los que contamos en nuestro país.